Hoy es víspera de Noche vieja.Las calles llevan días que están a rebosar de gente.
Comentaba esto con mi abuelo de 86(87 cumplirá en Abril).
Abuelo la gente está loca.
Loca? Muy loca! Que barbaridad que manera de gastar a lo tonto!.Como nos arreglaríamos nosotros de antes!.
Gastarte 200 euros para unas horas no es lógico....(le dije yo).
Como la gente está(MOS) loca no hay quien pasee por la Calle Burgos.
Entré en la Libreria Estudio y lo mismo estaba a rebosar.
Quería comprarme un libro para leer alguna novedad, hojeando ví uno de Bioy Casares.
El autor cita citas de otros autores o leeidas por el.Precio: 8.95 euros.Han subido los precios pienso y si,creo que estoy en lo cierto.
Para pagar hay una larga cola así que decido irme de la libreria.
Me llego hasta la Libre allá por la rampa de Sotileza(nombre de obra literaria de José María de Pereda).
Tras echarle un vistazo a sus libros de segunda mano, que también venden libros nuevos me quedo con 4 obras:
-EL IDOLO CAIDO.Graham Greene.Super viejo.
-MRS.CALDWELD HABLA CON SU HIJO.Camilo José Cela.Tiene muy buena pinta.
-QUEDA LA NOCHE.Soledad Puertolas.Me encanta esta escritora.Este libro fue premio Planeta en 1989).
-SALOMÓN GURSKY ESTUVO AQUÍ.Mordecai Richler.Libro creo que raro,son 674 páginas.
En total pago 12.40 céntimos y me llevo la impresión de que los chicos que llevan la libre se han alegrado y yo intuyo que disfrutaré de estas obras,con algunas mas...con algunas menos pero sé que será así.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
lunes, 28 de diciembre de 2009
MAESTROS ANTIGUOS
MAESTROS ANTIGUOS.HILARIO J.RODRIGUEZ
Es fácil odiar la vida cuando uno observa cómo la noche avanza porque es incapaz de dormir y cómo el día conduce invariablemente a la noche; también cuando uno no consigue lo que le gusta y ni siquiera logra que le guste lo que consigue.Más o menos así fueron las cosas para Francis Scott Fitzgerald a partir de cierta edad.
Dilapidó demasiado aprisa el éxito prematuro y sus últimos años fueron un proceso de demolición.
Un dia mientras escuchaba al rector de la Universidad dePrinceton leyendo emocionado a Horacio, se dio cuenta de que él nunca había sentido algo similar durante sus lecturas, quizás porque nadie le había enseñado a apreciar los clásicos y porque él no había echo esfuerzos para conseguirlo por su cuenta.
“Jamás tuve maestros, frivolicé sobre todas las cosas, para mí lo único sagrado eran la juventud y la belleza, y ahora estoy solo, sin un guía a quien acudir, sin una voz en este silencio blanco, sin ganas de continuar escribiendo, sin nada que decir, antes de haber cumplido los cuarenta”.
Muratova,Straub,Polanski,Borau,Oshima,Wiseman,Godard,Allen,Chabrol,Loach,Resnais,Wajda,Marker,Eastwood,Jancsó,Varda,Coppola o Rohmer tienen más de 70 años, siguen en activo (porque un cineasta no abandona su oficio hasta que lo jubila la muerte)y con el tiempo se han convertido en maestros.No todos lo tuvieron igual de fácil: unos comenzaron su camino desde el comienzo de sus carreras, la mayoría lo halló al cabo de los años.
Ciertas obras requieren espíritus jóvenes para ser llevadas a cabo, negocian con la intuición más que con el conocimiento: otras necesitan paciencia, algo inusual en las edades tempranas.
A veces se tarda en saber qué se quiere decir, a veces se tarda en descubrir como decirlo...
Eso de que los genios son espíritus indómitos me parece una soberbia tontería.Teorizar al respecto es inútil.La obra de Rimbaud podría compararse con un cometa, la de Van Gogh con una estrella solitaria, y la de Mozart con una constelación nosotros, ante ellos, sólo somos pobres aficionados a la astronomía que ven el firmamento con asombro.
Un maestro es un segundo padre, que suplanta al biológico en cuanto Sigmund Freud nos enseña como matarlo.Puede llamarse Manoel de Oliveira o Pere Portabella, e incluso aceptamos que los dos desempeñen ese papel al mismo tiempo.
Los segundos padres y los maestros pueden ser dos o más, el número lo determina nuestra necesidad de aprender o nuestra soledad, nuestra deriva.
Si nos creemos lo bastante listos y lo bastante autosuficientes, no necesitaremos ninguno.En caso contario, nos adoptarán, nos seducirán,nos conquistaran; los adoraremos, los veneraremos, los desecharemos.Los maestros duran una vida entera, no duran nada; son sólidos, son espejismos ¿Quiénes son?.
Manoel de Oliveira casi nació con el cine, ya sobrepasa los 100 años, ha dirigido cerca de 50 películas, pero su primer largometraje lo hizo con 34 años, el segundo con 55 años, el tercero con 64 años y hasta que no sobrepasó los 80 no pudo rodar a la velocidad vertiginosa con que rueda ahora, a menudo 2 títulos anuales.
El caso de Pere Portabella no es menos curioso: ha dirigido 14 películas, la mayoría entre los 28 y 38 años, luego se tomó un descanso de casi 3 lustros para realizar su siguiente proyecto, y nuevamente se produjo un hiato en su producción, esta vez de mas de 3 lustros en la que apenas participó en una serie televisiva y en un largometraje colectivo.
Casos así nos invitan a pensar que los maestros tienen carreras discontinuas.Las trabas politicas pueden ser un obstáculo, la salud, los arrebatos, el amor, la desgana,los espectadores, la incompresión que generan entre sus contemporáneos.
Para que existan maestros, es preciso que exista el tiempo; por desgracia se viven momentos de amnesia histórica y las manecillas no se mueven.Algo así produce miedo.
Quienes no conocen a los clásicos, a Louis Feuillade o Bill Douglas, aplauden a sus contemporaneos, a Tarantino o Weerasethakul.
Los maestros a menudo ya solo tienen que saciar nuestros sentidos, nuestro paladar, con dos bocados nos damos por satisfechos.Sin embargo, los maestros los de verdad, tardan mucho en mostrarnos su talento.Ir a su ritmo no es fácil.
Ver las películas de Pere Portobella o Manoel de Oliveira, es lo más parecido que conozco a viajar en el tiempo, a descubrir territorios nuevos que no se pueden cartografiar en un día.Cuentan historias sobre lugares vacíos , donde las cosas dejaron de suceder desde hace tiempo ,sobre la casa museo de García Lorca cuando en ella no queda nada, como nos muestra Mudanza (2008).Cuentan historias sobre gente que habla , que no se mueve, sobre gente que viaja en tren, como muestra en Singularidades de una chica rubia(2009).Saben que la realidad es un espacio que pueblan los mitos, tienen la capacidad para convertir lo que nos rodea en su lienzo particular, para proyectarnos más allá de lo que vemos.
Hagan lo que hagan es difícil decir si se trata de documentales o películas de ficción, si son trabajos conservadores o liberales, si dialogan con nosotros o se conforman con nuestra presencia, si hablan el mismo idioma que nosotros o algún idioma que hablaremos en el futuro.
Por mucho que nos asombren siempre, no siempre aciertan, pero en seguida sabemos que vuelven con fuerza y hemos de prestarles atención porque de ellos depende que sigamos avanzando aun cuando nos parezca estar yendo a ninguna parte.Los maestros son nuestros guías, exploradores a los que deberíamos seguirles el paso para no quedarnos aquí, atascados.
Es fácil odiar la vida cuando uno observa cómo la noche avanza porque es incapaz de dormir y cómo el día conduce invariablemente a la noche; también cuando uno no consigue lo que le gusta y ni siquiera logra que le guste lo que consigue.Más o menos así fueron las cosas para Francis Scott Fitzgerald a partir de cierta edad.
Dilapidó demasiado aprisa el éxito prematuro y sus últimos años fueron un proceso de demolición.
Un dia mientras escuchaba al rector de la Universidad dePrinceton leyendo emocionado a Horacio, se dio cuenta de que él nunca había sentido algo similar durante sus lecturas, quizás porque nadie le había enseñado a apreciar los clásicos y porque él no había echo esfuerzos para conseguirlo por su cuenta.
“Jamás tuve maestros, frivolicé sobre todas las cosas, para mí lo único sagrado eran la juventud y la belleza, y ahora estoy solo, sin un guía a quien acudir, sin una voz en este silencio blanco, sin ganas de continuar escribiendo, sin nada que decir, antes de haber cumplido los cuarenta”.
Muratova,Straub,Polanski,Borau,Oshima,Wiseman,Godard,Allen,Chabrol,Loach,Resnais,Wajda,Marker,Eastwood,Jancsó,Varda,Coppola o Rohmer tienen más de 70 años, siguen en activo (porque un cineasta no abandona su oficio hasta que lo jubila la muerte)y con el tiempo se han convertido en maestros.No todos lo tuvieron igual de fácil: unos comenzaron su camino desde el comienzo de sus carreras, la mayoría lo halló al cabo de los años.
Ciertas obras requieren espíritus jóvenes para ser llevadas a cabo, negocian con la intuición más que con el conocimiento: otras necesitan paciencia, algo inusual en las edades tempranas.
A veces se tarda en saber qué se quiere decir, a veces se tarda en descubrir como decirlo...
Eso de que los genios son espíritus indómitos me parece una soberbia tontería.Teorizar al respecto es inútil.La obra de Rimbaud podría compararse con un cometa, la de Van Gogh con una estrella solitaria, y la de Mozart con una constelación nosotros, ante ellos, sólo somos pobres aficionados a la astronomía que ven el firmamento con asombro.
Un maestro es un segundo padre, que suplanta al biológico en cuanto Sigmund Freud nos enseña como matarlo.Puede llamarse Manoel de Oliveira o Pere Portabella, e incluso aceptamos que los dos desempeñen ese papel al mismo tiempo.
Los segundos padres y los maestros pueden ser dos o más, el número lo determina nuestra necesidad de aprender o nuestra soledad, nuestra deriva.
Si nos creemos lo bastante listos y lo bastante autosuficientes, no necesitaremos ninguno.En caso contario, nos adoptarán, nos seducirán,nos conquistaran; los adoraremos, los veneraremos, los desecharemos.Los maestros duran una vida entera, no duran nada; son sólidos, son espejismos ¿Quiénes son?.
Manoel de Oliveira casi nació con el cine, ya sobrepasa los 100 años, ha dirigido cerca de 50 películas, pero su primer largometraje lo hizo con 34 años, el segundo con 55 años, el tercero con 64 años y hasta que no sobrepasó los 80 no pudo rodar a la velocidad vertiginosa con que rueda ahora, a menudo 2 títulos anuales.
El caso de Pere Portabella no es menos curioso: ha dirigido 14 películas, la mayoría entre los 28 y 38 años, luego se tomó un descanso de casi 3 lustros para realizar su siguiente proyecto, y nuevamente se produjo un hiato en su producción, esta vez de mas de 3 lustros en la que apenas participó en una serie televisiva y en un largometraje colectivo.
Casos así nos invitan a pensar que los maestros tienen carreras discontinuas.Las trabas politicas pueden ser un obstáculo, la salud, los arrebatos, el amor, la desgana,los espectadores, la incompresión que generan entre sus contemporáneos.
Para que existan maestros, es preciso que exista el tiempo; por desgracia se viven momentos de amnesia histórica y las manecillas no se mueven.Algo así produce miedo.
Quienes no conocen a los clásicos, a Louis Feuillade o Bill Douglas, aplauden a sus contemporaneos, a Tarantino o Weerasethakul.
Los maestros a menudo ya solo tienen que saciar nuestros sentidos, nuestro paladar, con dos bocados nos damos por satisfechos.Sin embargo, los maestros los de verdad, tardan mucho en mostrarnos su talento.Ir a su ritmo no es fácil.
Ver las películas de Pere Portobella o Manoel de Oliveira, es lo más parecido que conozco a viajar en el tiempo, a descubrir territorios nuevos que no se pueden cartografiar en un día.Cuentan historias sobre lugares vacíos , donde las cosas dejaron de suceder desde hace tiempo ,sobre la casa museo de García Lorca cuando en ella no queda nada, como nos muestra Mudanza (2008).Cuentan historias sobre gente que habla , que no se mueve, sobre gente que viaja en tren, como muestra en Singularidades de una chica rubia(2009).Saben que la realidad es un espacio que pueblan los mitos, tienen la capacidad para convertir lo que nos rodea en su lienzo particular, para proyectarnos más allá de lo que vemos.
Hagan lo que hagan es difícil decir si se trata de documentales o películas de ficción, si son trabajos conservadores o liberales, si dialogan con nosotros o se conforman con nuestra presencia, si hablan el mismo idioma que nosotros o algún idioma que hablaremos en el futuro.
Por mucho que nos asombren siempre, no siempre aciertan, pero en seguida sabemos que vuelven con fuerza y hemos de prestarles atención porque de ellos depende que sigamos avanzando aun cuando nos parezca estar yendo a ninguna parte.Los maestros son nuestros guías, exploradores a los que deberíamos seguirles el paso para no quedarnos aquí, atascados.
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